El municipio de Gálvez se encuentra situado al suroeste de la Ciudad Imperial, a unos 30 kilómetros siguiendo la CM-401.
Para determinar los orígenes de Gálvez, tenemos que remontarnos a la prehistoria. Los núcleos de los que arranca, están centrados en el río Torcón y en Alpuébrega, antiguo asentamiento humano que se cita como villa, por primera vez en un documento de la Edad Media. Esta zona era ideal para la vida estable, se contaba con agua y valles de gran fertilidad, donde han aparecido restos de cerámica ibérica, la más antigua de la zona y fragmentos de la edad de bronce.
Los moradores de Alpuébrega dejaron aquellos valles y bajaron hacia las extensas llanuras, en busca de tierras de cultivo, creando un nuevo poblado, Gálvez, donde han aparecido restos que atestiguan su antigüedad.
Hay detalles que evidencian la vida romana en Gálvez. La aparición en la zona de ladrillos, ánforas, un capitel, una estela, monedas... revela el origen hispano-romano de esta población. Por la vieja Alpuébrega, situada en el margen derecho del arroyo pasaba un camino romano secundario que comunicaba Toledo con Mérida. La primera mención escrita de estos restos de origen romano en término de la localidad es del siglo XIV.
La villa fue cabecera del Señorío de los Suárez de Toledo, de cuya casa aún quedan restos, conservándose una de las torres de lo que fuera un Palacio o Casa Fuerte, y es aquí donde comienza la visita por el municipio.
Junto a la Casa Fuerte se encuentra la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista. Templo del siglo XVI, consta de una planta rectangular formada por tres naves de estilo mudéjar. Destaca la torre-campanario con zócalo de sillares de granito. Sobre el campanario se alza un cuerpo de planta octogonal con arcos rebajados y cubierta de ocho aguas. El presbiterio, el crucero y las naves laterales están apilastradas con cornisa prominentemente del siglo XVIII.
En esta misma plaza encontramos casonas del siglo XVI-XVII, Casa Señorial y Casa Tercia, ambas de estilo barroco popular.
Nos dirigimos a la Casa Consistorial o Ayuntamiento. Se trata de un edificio de estilo barroco construido en el siglo XVIII, compuesto de dos plantas con soportal de columnas de estilo dórico y balconada corrida. Del edificio es reseñable el artesonado descubierto en su Sala de Plenos.
Continuando la visita podemos contemplar el edificio en el que antaño se albergaban las Antiguas Esculas. Data del año 1903, compuesto de tres fachadas con dos plantas y ventanas de arco de medio punto. Frente a su fachada frontal se levanta el Rollo de Justicia, se trata del único rollo gótico de la Comarca de los Montes de Toledo.
Es importante reseñar que en el municipio hubo una Judería con Sinagoga, documentada en los siglos XIV y XV, fecha esta última que desapareció la comunidad judía por decreto de los Reyes Católicos en el año 1492. Es la única aljama conocida y documentada en los Montes de Toledo.
El recorrido por el casco urbano finaliza en la Ermita de Nuestra Señora de los Dolores, también conocida como de Los Cristos. Es una Ermita de tres naves realizada en mampostería y aparejo toledano, cuya fachada se encuentra rematada por una espadaña de un solo arco de medio punto realizada en ladrillo donde se sitúa una campana. El artesonado está decorado con cruces griegas y fores de ocho pétalos.
A unos 4 kilómetros del municipio se encuentran los restos de un Castillo. No se conoce nada sobre la historia de éste, pero se supone que debió ser construido hacia el siglo XIII, y abandonado en el siglo XVI. Según parece existió un poblado a su alrededor.
Castillo de Gálvez.
El castillo de Gálvez era de planta cuadrada, pero sólo quedan tres de las cuatro torres que tuvo en sus esquinas. Las torres carecen de coronamiento y conservan algunas saeteras. Al carecer hoy día de muralla, y ante la vista de las tres torres aisladas se conoce a las ruinas de esta fortaleza con el nombre de Los Castillos. En realidad, el de Gálvez debió ser un castillo muy similar al de Peñafor, en Cuerva, aunque abandonado y por tanto peor conservado, pero reconocible.
A las afueras, al norte del municipio, encontramos un Acueducto de principios de siglo XX, fabricado de mampostería y arcos de hormigón, con esquinas resaltadas con sillares.
Antiguas escuelas
Edificio del año 1903, de tres fachadas con dos plantas y una medianería, que actualmente alberga el Teatro- Auditorio Municipal. En la planta superior, las ventanas son también de medio punto pero algo más pequeñas que las inferiores, con impostas marcadas y decoración más sencilla.
El frente que forma la esquina, consta de dos ventanas inferiores y dos superiores similares a las de los paramentos laterales, teniendo además las superiores los antepechos decorados con ladrillo de geometría neomudéjar. Separa en este paramento la parte inferior de la superior unas cornisas con dentículos formadas por hiladas de ladrillos escalonados, teniendo entre ellos cerámica de motivos geométricos. La parte superior, remata con en un frontón escalonado con dos huecos de ventilación de la buhardilla en el centro.
Tradicionalmente Gálvez ha sido un pueblo dedicado a actividades agropecuarias y artesanales. Destacan las explotaciones dedicadas al porcino y al monocultivo del olivo, dando lugar a una importante industria famosa por su chacinería, su aceite de oliva con Denominación de Origen Montes de Toledo; sin olvidar la elaboración de productos como el turrón, mazapán, pasteles y también el vino clarete y el queso artesano de oveja. Debido a su variedad de caza menor se vienen celebrando varias Jornadas de la Tapa Cinegética y otras del Porcino a lo largo del año.
La artesanía del mueble es uno de los pilares de la economía galveña, constituyendo un gran núcleo de producción de muebles de aliso, pino, castaño y haya.
En la localidad además se puede visitar una exposición de forja, en la cual encontraremos artículos de regalo y piezas de forja artística de reconocida calidad en la provincia.